lunes, enero 09, 2006

Tabaco

Por fin se acabó lo que se daba. Ha llegado la ley anti-tabaco. La ley de los nuevos puritanos. La ley hecha por alguien que no ha fumado nunca, pero que detesta a los que, de vez en cuando, disfrutamos de un cigarrillo. Evidentemente, es alguien que padece carencias afectivas, es más, yo diría que no es amado por nadie; de lo contrario, no se entiende ese afán por joder al prójimo. Yo que llevo más de 30 años fumando, sé de que hablo: Nadie me pagará una cura de desintoxicación, siempre respeté los lugares donde no se fumaba, los despachos de la gente sin vicio, sus casas; los transportes públicos. En todo éste tiempo de consumidor compulsivo de tabaco, no he hecho gasto de un sólo céntimo de los impuestos que gravan el tabaco, no he estado un sólo segundo de baja por enfermedad. Y creo, de verdad, que me he ganado el derecho a morir de cáncer de pulmón, con todos los gastos pagados unas siete u ocho veces, por lo menos. Con una sola vez sería suficiente. Pero, eso sí, reconozco que el humo del tabaco, es molesto para mucha gente. Pero no paso por que me digan que los convierto en fumadores pasivos. ¡No existe tal cosa! O fumas o te molesta el humo, punto final.